miércoles, 31 de diciembre de 2008

Sin querer...Queriendo...Homenaje a Chespirito

SIN QUERER QUERIENDO…
Por Luis Carlos Barbosa Jasso

La Venganza nunca es buena
Mata el alma y la envenena
“Ron Damón”
(Quise decir Don Ramón)


Controvertido, camaleónico, atrevido, muchas veces hasta exótico, pero tierno y sensible; por si fuera poco además gran escritor y guionista, actor, el mejor comediante, director, cantante, futbolista y boxeador (aunque Usted no lo crea); gran visionario de su época, innovador en efectos especiales nunca antes vistos en la televisión… simple y sencillamente: ¡GENIAL! Diría yo…Así es como este pequeño “mini-me” Shakesperiano de la Comedia mexicana, Roberto Gómez Bolaños, popularmente mejor conocido como “Shakespirito” y finalmente CHESPIRITO, “sin querer queriendo” se convirtió en parte fundamental y cotidiana de nuestras vidas, incluso hasta de las nuevas generaciones que hoy en día también lo disfrutan.

Cómo no recordar aquellas tardes-noches sentados en la sala junto a mis papás y algunos de mis amigos de ayer más cercanos (cobrándoles las butacas nomás a $1 porque ya no había de a ¢20), disfrutando (“hágame “Usté’ el favor”) en technicolor “El programa #1 de la televisión humorística”, donde cada quien encontraba un héroe hecho a su gusto y medida.

Obviamente mi ídolo fue y sigue siendo el Chapulín Colorado, pues a la hora de ir a la tienda mi mamá quien “no contaba con mi astucia” cuando olvidaba sus encargos, siempre me infundaba el valor … mejor dicho una buena salida para explicarle porqué aunque me diera una de a $5 y el encargo era de a $4, nunca me sobraba feria …“fíjate, fíjate, fíjate, fíjate…” ¡o todavía mejor dicho: “patitas para que las quiero” cuando “mis antenitas de vinil detectaban la presencia del enemigo…” ¡porque que mi mamá no se había tragado el cuento…!

En fin, no había un amigo, compañerito o vecino que se nos escapara de cuadro cuando hacíamos la repartición de papeles sin previa audición, con un guión más bien basado en la estima o aversión que sientiéramos por ellos mismos.

Mis respetos para el hombre, para el niño, para el inocente anciano, para el raterillo frustrado, para el loquito, para el héroe ni tan tonto ni tan cobarde que logró transcribir en un “sketch” la realidad social, económica, política y cultural de aquel México de fines de siglo XX y que las más de las veces, aún prevalece su similitud con nuestro entorno actual.

Mi admiración para quien nos ofreció una versión más digerible de nuestras vidas a veces más cruel que dura…a través de sus personajes que alimentaban día con día la posibilidad de hacernos mejores seres humanos, la ilusión de llevar un poco de calor y alegría a nuestros hogares, la desfachatez de echarnos en cara abiertamente “por el mismo canal y a la misma hora” nuestros defectos y limitaciones saboreando una “deliciosa torta de jamón”.

No enseñó que cuando nos falte ánimo y actitud para seguir adelante, con sólo recordar que aunque “no hay de queso nomás de papa” con ello nos bastaría para apreciar lo que sí tenemos y llenar nuestros corazones de satisfacción.

Que aunque sea “sin querer queriendo” bien podemos aspirar a ser felices.

Que yo mismo y ahora sé que tú también lo “sospechaste desde un principio” que el verdadero valor no se encuentra en la autoridad ni detrás de tu cargo o posición, sino en atrevernos a abrirnos de corazón a una vida de servicio y que cuando la presión o el estrés o la deuda contigo mismo porque no te alcanza para pagar los “14 meses de renta” ni para comprar tu propio sueño…¡que no “panda el cúnico!” porque en esencia no es lo que sabes o no sabes sino lo que realmente deseas lo que cuenta para alcanzar ese sueño aunque cuando lo quieres llevar a cabo “así como sueñes una cosa sueñes otra”, finalmente no hacerlo es lo único que te puede limitar.

Que antes de etiquetar a cualquier persona y heredarle a tus hijos la infamia de “no juntarte con esa chusma” bien podríamos comenzar por creer que simplemente “se te chispoteó” pero que a partir de este mismo instante puedes hacer a un lado la soberbia, la tristeza, la soledad en tu corazón y así, “sin querer queriendo”, empezar por renovar nuestras creencias y expectativas y darnos una nueva oportunidad.

“Bueno, pero no se enojen”, ya voy a concluir con esta reflexión, lo que pasa es que “no me tienen paciencia”…Quiero decir: GRACIAS al Chavo, al Chómpiras, al Chapulín Colorado, al Chanfle, de quien aprendí a “jugar bonito”, al Dr. Chapatín, a KiKo, al Ñoño, a la Chilindrina, a Don Ramón, al “Maistro Longaniza”, digo, al Profesor Jirafales (“es que se me chispoteó”) y a todas aquellas figuras que llenaron mi vida de alegría y de amor para darme el valor y los tamaños para volver a recomenzar mi vida desde una nueva página en blanco para convertirme en todos aquellos personajes que he sido o representado, incluyéndome: Yo mismo.

Pero sobre todo, mis respetos al Maestro Roberto Gómez Bolaños, quien a través de su genialidad y pasión me dio el poder y el conocimiento de que yo también puedo cambiar y convertirme en quien yo decida ser, en mi personaje favorito si así lo quisiera, en el mejor de los casos y así, “sin querer queriendo”, en el de mis hijos también.

Por Luis Carlos Barbosa Jasso

No hay comentarios:

Publicar un comentario