miércoles, 31 de diciembre de 2008

Contra..TAS Reflexión al Climaterio

Contra ‘TAS
Por Luis Carlos Barbosa Jasso

Hoy sé que no hay nada imposible
Anoche supe la verdad
Creía a mi alma inservible…
Pero era cansancio vulgar… ¡nada más!

Silvio Rodríguez

Este mensaje lo dedico a todos aquellos líderes que si no es que ya estamos en la edad de los “‘tas”: los 30’tas, los 40’tas y algunos hasta los 50’tas, ya andamos cerca.

¿Han notado el nuevo fenómeno que desde hace unos años se ha venido dando? Los líderes de hoy son jóvenes entusiastas de 30 años o menos, “venteañeros”. Se han apoderado de casi todos los puestos disponibles en la industria, el gobierno y la iniciativa privada, tanto por su empuje, frescura, como porque representan actualidad y un futuro al alcance de su currículum; las mismas empresas hacen menos por preservar a sus veteranos y más por adquirir nuevos talentos.

Estos “oportunistas” llegan descaradamente a ofrecer la promesa de cambio, la panacea de la innovación, la llave que abre la caja de Pandora y con ella la abundancia y los secretos de un éxito al instante o un crecimiento libre de calorías y a sacar del bache generacional, tecnológico y de negocios que prevalece en las empresas. No les importa por sobre qué tengan qué pasar, mucho menos a quién se “lleven entre las patas”, cuántas puertas tocar, a qué se tengan que ajustar, el precio que haya qué pagar, las horas de sueño que deban invertir, los retos que tengan qué superar, las objeciones que puedan escuchar, los mitos que haya que enfrentar, los diques que deban derrumbar, los ojos que tengan que abrir, los necios que no quiera escuchar…incluso los que ni siquiera intenten reconocer que de hecho sí existan o son una leyenda urbana más que no les quite el sueño.

Me pregunto: ¿Acaso son mejores? ¿Será que saben algo que yo no me he enterado? ¿que son más astutos? ¿quizá más experimentados? ¿Tal vez más valiosos?

Por otro lado: ¿Tengo algo qué temer? ¿Me quitarán mi puesto? Si es así: ¿De qué voy a vivir? ¿Quién querría contratarme siendo que soy obsoleto? ¿Qué debo hacer: luchar por esto? ¿Contra quién: contra mi jefe, contra ellos o contra mí mismo? ¿Debo eliminar el problema? ¿Pedir ayuda? ¿Aliarme con alguien? ¿Qué hay sobre mi futuro, mi familia, mis proyectos…acaso a nadie le importan?

¡Qué incertidumbre! ¡Cuánto estrés! ¡Me vuelvo loco!

Y…así es compañeros Toastmasters, amigos e invitados de esta noche…La pregunta (si es que alguna vez alguien la hizo) y la respuesta son la misma: ¡Esto es pura paranoia!

Por supuesto que seguirán llegando jóvenes con mucho empuje, muchas ganas, mucho aliento y muchas propuestas… ¡Gracias a Dios! Y gracias a estos jóvenes que nos dan la oportunidad de escucharlos, de encontrar nuevas alternativas para mejorar y actualizar nuestros proyectos de trabajo y expectativas de crecimiento personal a través de su iniciativa y su visión vanguardista.

Me preocupa que sean más jóvenes: No
Me preocupa que sepan más: No
Me preocupa perder MI puesto: ¡Menos!

Lo que me debe “ocupar” es incorporar su entusiasmo, sus bríos, su hambre de éxito, su perseverancia, su audacia y por supuesto, su aportación a mis propios intereses, en el buen sentido de la palabra. Debo aprovechar al máximo cada ola de cambio que propongan, subirme a ella y tomar lo que considere pertinente y necesario…y cada vez que toquen, abrirles las puertas de mi oficina para que entren sin recelo, con la confianza que les permita vislumbrar que conmigo pueden crecer, que podemos hacerlo juntos; que si tengo que aliarme con alguien, ¡será con ellos!; que estoy dispuesto a luchar contra viento y marea por verlos triunfar…por triunfar yo mismo.

Debo empezar por reconocer que “Yo” también soy valioso, para mi empresa, para mi familia, para ellos mismos. Que no han sido en vano tantos años invertidos en conocer, aprender e involucrarme y a no voltear a ver otras cartas por la oportunidad de estar aquí, con ustedes, apostándole a desarrollar en Ibalpe una exitosa carrera a largo plazo.

Las brechas generacionales coexisten para robustecer los equipos de trabajo, ¡no para sustituir piezas viejas por otras nuevas! La verdadera fortaleza de una empresa consiste en saber combinar el arrollador empuje y la osadía de los jóvenes talentos con la experiencia y sabiduría de nosotros los veteranos.

Y tú ¿Ya estás en tus “’tas”? Entonces ¡ven y disfruta! que es tu turno de tirar los dados.

Abre tus brazos y comparte tu conocimiento y tus secretos con aquellos que vienen y que están esperando que les brindes la oportunidad de “colaborar” contigo. ¡Créeme! Es una experiencia incomparable, es recordar que día con día hay nuevas metas que fijar, nuevos límites que superar, nuevos horizontes que conquistar…

Y si tenemos que volver a empezar desde cero ¡Adelante!... Desde cero comenzamos…


Por Luis Carlos Barbosa Jasso

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